domingo, 29 de marzo de 2009

-46- CUANDO RENUNCIE A TODO SERÉ MI PROPIO DUEÑO

"La renuncia es el viaje del regreso del sueño".
Aunque todo lo que el ser humano piensa es posible realizarlo, a veces nuestra ambición desmedida nos lleva a tratar de realizar sueños que son contrarios a nuestra propia naturaleza a nuestra constitución innata.
Generalmente los problemas somáticos o la angustia son el primer aviso de que estamos abordando alguna empresa superior a nuestra capacidad intelectual y física.
Por más grande que sea nuestra ambición, debemos aprender a renunciar a ciertas cosas para nuestro bien y el bien de los que nos rodean. No podemos ir ambiciosamente detrás de unas metas y unos sueños que llegan a amargar diariamente nuestra vida y llenarnos de tribulaciones.
Debemos tener la gran capacidad de poder renunciar, de resignarnos positivamente, de saber regresar de ciertos sueños.
Saber renunciar a ciertas ambiciones, a ciertos apetitos, a cierta codicia, es llegar a ser y sentirse dueño de uno mismo y no dejar nuestra vida en manos de las pasiones desmesuradas.
Por más positivismo, optimismo y entusiasmo, que nos puedan alimentar algunos sueños, debemos tener cierta claridad en cuanto al alcance de nuestras limitaciones. Es necesario cierto equilibrio para nuestra constitución.Debemos aprender a saber donde podemos llegar y cuando tenemos que renunciar.
Saber renunciar, saber resignarse a lo imposible o a lo inevitable es sano para nuestro espíritu, no es cobardía.
Aunque para ser positivos no debería existir la palabra imposible en nuestra vida, no es saludable llegar a engañarse a sí mismo yendo detrás de sueños que son fantasías o imaginaciones distorcionadas. Sueño y realidad deben ir de la mano, de otro modo, sólo estaremos fabricando castillos en el aire o nos estrellamos.
La renuncia y la resignación, la conformidad con nuestras limitaciones, son factores que debemos tener en cuenta en nuestro proceso de limpieza e higiene de la propia vida, a fin de no vernos envueltos en un torbellino en un ritmo de vida desenfrenado e inconsciente.

domingo, 22 de marzo de 2009

-68- ¿ES SUFICIENTE CON LO QUE YO YA SE?

La vida es un conocimiento continuo. Hay muchas clases de conocimientos tan necesarios en los cuales insiste la vidaterapia: el conocimiento en sí mismo y el conocimiento de los demás, a fin de relacionarse con armonía, con algo que le dé más serenidad al vivir, más sencillez.
Nunca es suficiente con lo que se sabe, ya que es propio del ser humano averiguar, investigar, aprender. Si no se avanza en el conocimiento se puede producir una parálisis intelectual, ya que nuestro cerebro tiene tantos millones de células y tanta capacidad de desarrollo que si no lo utilizamos debidamente se paraliza, se entorpece, se atrofia.
Avanzar en el conocimiento, en el estudio, en el desarrollo de las ideas, ha sido imprescindible par el logro científico y cultural, para el logro de tantas comodidades modernas.
Sin embargo, e insistimos en esto, ¿hemos avanzado en nuestro conocimiento del amor, de un comportamiento que permita una vida personal mejor, en el conocimiento de una mejor relación humana? ¿hemos avanzado en el conocimiento de lo perjudicial que es para el bienvivir un orgullo, una soberbia, una ambición, un odio o un resentimiento desenfrenado, que se pueden adueñar de nuestro ser? ¿hemos avanzado en el conocimiento de que por qué nos comportamos de tal o cual manera, de por qué reaccionamos de tal o cual modo, de por qué no nos damos cuenta de cómo nos dominan nuestras pasiones negativas? Es necesario avanzar en el conocimiento científico y cultural, pero si no avanzamos en el conocimiento humano, de cómo, por qué, y para qué funcionan las personas, nos encontramos prisioneros de una vida tecnológica avanzada, sin encontrar un verdadero sentido al vivir, porque no nos hemos preocupado de conocer, desarrollar y dominar nuestra realidad interior, a fin de lograr una relación y supervivencia humana adecuadas.
Hoy existe mucho desequilibrio entre el avance tecnológico y el verdadero avance del ser humano en cuanto a sus potencialidades interiores para una mejor vida de relación.
En cada uno de nosotros existe cierta libertad de elección para saber cuáles deben ser las metas de nuestro conocimiento para una vida llena de sentido, llena de significado, alejada de la amargura y del continuo preguntarse por qué vivimos.
De nosotros depende que el camino de nuestro conocimiento sea un camino hacia la verdad, hacia el yo-Ser.

domingo, 1 de marzo de 2009

- 96 - ¿CUÁLES SON MIS POTENCIALIDADES?

Hemos mencionado varias veces el hecho de lo importante y necesario que es desarrollar nuestras potencialidades.
¿Sabemos en realidad cuáles son esas potencialidades que debemos desarrollar, cultivar y perfeccionar? Son las potencias positivas las que tenemos latentes dentro de nosotros y siempre a nuestra disposición para que las desarrollemos.
Son potencias virtuosas que permiten mantenernos en el cambio del bienvivir, tanto interiormente como en nuestra vida de relación.
amor sabiduría autodominio
inteligencia conocimiento memoria
entendimiento voluntad comprensión
perdón juicio talento
confianza fe esperanza
caridad magnanimidad conciencia
paciencia intuición perseverancia
aptitud lealtad tolerancia
bondad amabilidad indulgencia
humildad armonía paz
templanza fortaleza prudencia
justicia valor creatividad
misticismo trascendencia ascetismo
totalidad piedad fraternidad
amistad cordialidad alegría
reconciliación y comprensión del mal, del dolor y de la muerte.
Y muchas otras que se nos escapan.
¿Cuáles de estas potencialidades forman parte real y activa de nuestra vida? ¿Nos ayudan entonces a un buen vivir?
¿Estamos realmente convencidos de que desarrollar, cultivar y perfeccionar esas potencialidades, nos permitirán vivir una verdadera vida?
Recorramos este camino con positivismo, con optimismo, con entusiasmo y descubriremos muchos otros talentos escondidos que es nuestro deber poner a trabajar para que rindan los frutos esperados por Dios.