domingo, 25 de enero de 2009

-113- VIVE Y DEJA VIVIR

¡Vive y deja vivir!
Es una máxima que ayuda al bienvivir.
Sin darnos cuenta tendemos como por "naturaleza" a inmiscuirnos en los problemas ajenos. Más que interesarnos seriamente en esos problemas, caemos en el chisme y en la crítica fácil y destructiva.
¿Cuántas veces un chisme inocente de parte nuestra complica acerbamente la vida de otra persona?
Cuántas veces criticamos con una soltura de lengua portentosa, sin estar al tanto de detalles y pormenores que envuelven el problema de otro?
¡Vive y deja vivir!
Si no existe un verdadero interés en el otro, es ofensivo y de muy mal gusto chismear y criticar de nuestra parte.
¿Verdad que nos da rabia y nos molesta cuando sabemos que fulano dijo tal cosa respecto a nosotros? Y sobretodo si lo que dijo pueda influir negativamente en nuestras relaciones de trabajo, familiares o comunitarias.
¡Vive y deja vivir!
No seamos tan ligeros con nuestra lengua. Pensemos antes en el daño que podemos ocacionar gratuitamente, solo por satisfacer nuestro ego, nuestra ansia inexplicable de hablar por hablar, como un a"necesidad" de hablar negativamente de los demás.
¿Es para sentirnos mejor con nosotros mismos, porque nosotros mismos somos diferentes, somos perfectos, no somos como los otros?
¡Vive y deja vivir!
Aprendamos a ser mas altruistas y a hablar de las muchas cosas buenas que tienen los demás, tantas o más que nosotros.
No debemos destruir con nuestro lenguaje. Debemos ser más bien constructivos y cuando llega algo a nuestros oídos, no agrandar la bola de nieve, sino más bien callar.
Mejorar nuestras relaciones humanas es una necesidad vital, a fin de que "el mundo sea más bonito y marche mejor".
Lo que se dice o lo que se calla son cosas muy importantes debemos ser más cuidadosos en ese respecto. Tampoco apabullemos a los demás con contínuos consejos y con lo que deben hacer o no.
¡Vive y deja vivir!