martes, 8 de abril de 2008

- 87 - MORIR A SÍ MISMO PARA NACER DE NUEVO

Morir a sí mismo para nacer de nuevo es la transformación fundamental en uno mismo, "matando al hombre viejo y dejando nacer al hombre nuevo".
Jesús le dijo a Nicomeno:"En verdad, en verdad te digo, que quien no naciese de nuevo, no puede ver el reino de Dios...que quien no naciese por agua y espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que ha nacido de la carne, carne es; lo que ha nacido del Espíritu, espíritu es... Todo el que hace el mal odia la luz y no viene a la luz para que no sean censuradas sus obras. Pero el que obra el bien viene a la luz para que se vea que sus obras están hechas conforme a Dios".
Y el hombre nuevo tiene que nacer dejando morir todo el mal que roe su corazón y su mente: sospecha, desconfianza, mala voluntad hacia otra persona, celos pasionales, celos por amistades o de tipo familiar, ira, orgullo, soberbia, envidia, odio, resentimiento, pereza, gula, robo, corrupción, etc...y en general todo lo que viene de la débil carne y que no permite al Espíritu hacer su trabajo.
Nacer de nuevo al Espíritu es hacer factible que nuestro verdadero yo-Ser pueda dominar la "carne" y que nuestras obras estén hechas de acuerdo a Dios, conforme al amor, a la bondad, a la belleza, a la armonía y a todo lo bueno que representa a Dios.
¿Cómo morir a sí mismo? ¿Cómo matar al hombre viejo? A través de la purificación y del conocimiento de sí mismo y de la interrelación con los demás. Conociéndonos a nosotros mismos y conociendo y comprendiendo nuestra relación con los demás, nos daremos cuenta de lo bueno y de lo malo que hay en nuestro corazón y en nuestra mente y en la conveniencia de nuestra parte de dejar trabajar al Espíritu, que es todo sabiduría y bondad, a fin de higienizarnos, limpiarnos, nacer nuevamente para ir viviendo con la verdad, ya que la verdad nos hará libres y no nos dejará seguir siendo esclavos de la "carne". La verdad es la realidad que está en nuestros corazones , es el verdadero entendimiento y comprensión de todo lo que es sinceridad en nosotros mismos y en nuestra vida de relación.
Es todo lo bueno que tiene el ser humano que vive sin engañarse o engañar, que vive acorde con su conciencia, acorde con como es toda su bondad. Esta verdad viene de Dios. Por eso decimos que la verdad es Dios. Por eso la verdad son las palabras de Jesús que nos ayudan en nuestro caminar hacia el bienvivir.

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