domingo, 31 de enero de 2010

- 33 - YO SOY ÚNICO, NO QUIERO SENTIRME "ESTANDARIZADO"

El doctor Alexis Carrel nos dice que no basta el adelanto tecnológico, "que mucho más importante sería proporcionar a aquellos que se consagran a las cosas del espíritu los medios para desarrollar su personalidad de acuerdo con su constitución y con su propósito especial...El materialismo brutal de nuestra civilización no sólo se opone al encubrimiento de la inteligencia, sino que destroza también a los afectivos, a los apacibles, a los débiles, a los aislados, a aquellos que aman la belleza, que buscan algo más que el dinero, cuya sensibilidad no resiste la vulgaridad de la existencia moderna".
Estaremos de acuerdo o no con el doctor Carrel según nuestra filosofía, nuestra práctica y nuestra visión del mundo.

Nos podemos hacer algunas preguntas:
- ¿Creo que el dinero y lo material es el fin de la vida, el verdadero éxito lo único que me hace sentir bien y feliz?
Si es así, siga adelante pero con probidad y justicia, sin pisotear a los otros con dignidad...y sin olvidar el espíritu,
- ¿Siento que aparte de la necesidad material, mi ser aspira al desarrollo mental positivo y espiritual?
Si es así, empiece de una vez o siga con sus aspiraciones mentales y espirituales.
- ¿Siento que para vivir mejor debo mejorar mi comportamiento, mi relación con los demás, mis hábitos, mis actitudes, y trabajar continuamente en el desarrollo de mis potencialidades y necesidades espirituales?
Pues, hágalo. Proceda. Póngase en acción.

Cada quien debe "desarrollar su personalidad de acuerdo con su constitución innata", acorde con ese aviso o sentimiento interior que le dice que debe ser así, que debe proceder de tal o cual modo.
No podemos ir en contra de nosotros mismos, debemos ser nosotros mismos y no dejarnos estandarizar y masificar por la civilización por la sociedad, por el mundo.
Nuestro desarrollo mental, espiritual y conductual, es una primordial necesidad que debemos tener siempre presente, a fin de no caer en la inercia y ser absorbidos por un materialismo y un ritmo de vida que van en contra nuestra verdadera manera de ser, pensar y creer.

domingo, 24 de enero de 2010

- 65 - EL CAMBIO ES POSIBLE A CUALQUIER EDAD

Nunca es tarde para rectificar. Hasta el último momento de nuestra vida tenemos posibilidad de alcanzar el éxito y la felicidad.
Es posible que para algunos la vida haya sido un "vivir por vivir", un andar sin metas y si objetivo, hasta los cuarenta, cincuenta, sesenta o setenta años, no importa. Las causas son muy personales y muchas veces ha influido el hecho de que, por necesidad se ha tomado el primer trabajo que estaba a mano. Luego, se ha seguido dando tumbos, de un trabajo a otro, siempre sin un objetivo específico. Sin embargo, a través del tiempo se iba sintiendo algo en el interior de uno que lo empujaba hacia un gusto específico. Entonces, a los sesenta años, por ejemplo, se presenta la oportunidad para llevar a cabo lo que le gustaba a uno.
Pues hay que aprovecharla y nunca pensar que es demasiado tarde para un cambio que ayude a la persona a realizarse.
Tarde o temprano, si uno tiene fe, se consigue lo que tanto se acariciaba. No hay que desanimarse ni a los setenta años, por ejemplo, se encuentra el camino que consciente o inconscientemente se ha ido buscando toda la vida. Si llega la oportunidad a los setenta años, la persona debe sentirse feliz por empezar su realización y dar gracias a Dios por haberlo escuchado.
Hay miles de ejemplos en la historia del mundo de grandes proezas entre sesenta y ochenta y más años de edad. Lo importante es mantener el espíritu joven, vivir con fe y sabiendo lo que uno quiere, poner en acción el entusiasmo, a fin de realizar lo que uno tanto ha ambicionado y deseado.
¿Hemos llegado a avanzada edad sin sentirnos realizados por no saber lo que queríamos? Reflexionemos un poco, pensemos qué es lo que nos llama la atención y nos gusta, decidámonos a llevarlo a cabo y fijemos los objetivos correspondientes a corto y largo plazo.
Hay que tener valor para cambiar nuestra vida en el momento que sea necesario, en el momento que sintamos que nuestra realización en la vida depende de que nos atrevamos a dar el paso correspondiente. Si hemos vivido por vivir llevando, al mismo tiempo, un sueño en nuestro interior, es hora de despertar de ese sueño y ponerlo en práctica. No importa la edad que tengamos.