domingo, 9 de agosto de 2009

- 134 - LA LUCHA POR LA UNIDAD

Ser yo mismo, ser como soy, ser lo que soy, en su totalidad, es un proceso de desarrollo psicológico, es el camino de la dividuación(Jung).
Ser individuo en toda su plenitud no significa ser egoísta o individualista, sino que es una búsqueda de la propia peculiaridad que convierte a la persona en el singular individuo que siempre es.
La unidad del yo es una lucha por liberar al individuo de las múltiples máscaras, de tantos yoes que ha ido formando su persona en relación consigo misma y con el medio ambiente.
Hay personas que utilizan una máscara con el hijo, otra con el cónyuge, otra con los familiares, otra con el jefe, otra con el compañero de trabajo, otra con el presidente, otra con el amigo, y así una máscara según el tipo de relación y según la ocasión.
Si nos damos cuenta de que utilizamos máscaras según la persona o según la ocasión, podemos deducir que estamos en cierta forma divididos, lo cual nos da inseguridad en el comportamiento y nos hace reaccionar de acuerdo con las circunstancias, utilizando todas las apariencias del caso. Nos acostumbramos a aparentar no sólo con los demás, sino con nosotros mismos. El aparentar nos domina y nos convierte en máscaras.
Si reflexionamos un poco, quien más o quien menos, utiliza las apariencias y se enseña tanto más a sí mismo cuanto más as utilice. Aparentar es lo contrario de ser auténtico y la autenticidad va de la mano con la unidad del yo, ser uno en su totalidad.
La persona que se va realizando, continuamente sigue el camino de la totalidad: es ella, única, exclusiva, auténtica, no se engaña a sí misma, su yo está bien unido.
Sentirse realizados es haber conseguido la integración psicológica necesaria, la totalidad psicológica que une nuestro ser en uno solo y que termina con las divisiones psíquicas auspiciando, finalmente, una personalidad definida, segura de sí misma, madura, que sigue permitiendo con más fina percepción una contínua realización.

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