miércoles, 5 de noviembre de 2008

-64- LA SENCILLEZ SE PUEDE CONQUISTAR

"Si no se hacen sencillos como niños no entrarán en el Reino de los Cielos". Ser sencillos como niños y no complicados, enredados y complejos como los mayores. La Biblia nos sugiere que "nos podemos hacer sencillos", o sea, que la sencillez, como otras virtudes, es algo que se puede conquistar con un poco de fatiga y esfuerzo.
Los que no son sencillos pueden llegar a serlo.
Ser sencillo no significa literalmente ser inocente, credulón y escaso de inteligencia. Es todo lo contrario. El que se ha mantenido sencillo o ha logrado alcanzar la sencillez es porque ha sido capaz de de poner orden y limpieza en su interior, fruto del laborioso proceso de clarificación. No ignora los múltiples problemas de la vida y su complejidad, pero trata de no enredarse en ellos y colocarlos sobre pocos parámetros esenciales.
El ser humano sencillo es básicamente sincero, no tiene doblez entre su pensamiento y lo que hace, tiene facilidad para relacionarse especialmente con los niños, es optimista respecto a los demás y cree en ellos, sin ignorar sus astucias y sus trampas, prefiere creerles. Podemos aprender a ser sencillos si lo deseamos de corazón y creemos que es una virtud necesaria para el bienvivir. Una de las metas de la limpieza interior a través de la vidaterapia es la sencillez, ya que lograremos conquistarla una vez librada y vencida nuestra batalla interior, librada principalmente con las pasiones del ánimo, en especial modo con la soberbia intelectual, soberbia que frena y perjudica el andar por el camino de la sencillez, camino que nos permite ver a los demás, las cosas, el mundo en general con todas sus dificultades, de un modo más calmado, con más confianza, con más fe y positivismo.
Si somos soberbios muy pronto nos destruiremos a nosotros mismos a través de la neurosis de nuestra soledad y del alejamiento de los demás a nuestra vida. Aunque creamos, que lo sabemos todo, es cuanto más sencillos tenemos que hacernos, no juzgando con palabras o pensamientos, no hiriendo a las personas en su amor propio. Sencillez y sabiduría van de la mano y las dos se pueden conquistar, si estamos dispuestos a pagar el precio correspondiente.
Seamos claros: para todo lo que es importante en la vida hay que estar dispuestos a pagar el precio que corresponde.

No hay comentarios: