miércoles, 8 de abril de 2009

-56- PARA VIVIR BIEN HAY QUE AMAR A LOS DEMÁS

La vidaterapia consiste en la limpieza e higiene de nuestra vida, a fin de vivirla bien. Pero "nuestra vida" comprende al mundo,comprende nuestra relación con el prójimo. El proceso del conocimiento de sí mismo involucra el conocimiento del otro, a fin de crear un interrelación adecuada para el bienvivir.
El conocimiento de sí mismo debe ser la fuente de apertura hacia el prójimo. Si yo me voy conociendo tanto en mis fuerzas como en mis debilidades, tanto en mis virtudes como en mis defectos, también debo conocer las capacidades y las necesidades del prójimo.
Al irme conociendo mejor y al ir conociendo mejor al otro puedo aprender a amar en una forma más adecuada, no sólo dejándome llevar por los sentimientos, sino con base en la realidad de las relaciones, con base en la acción, al hacer, y no sólo viviendo fantasías de amor. Una cosa es tener buenas intenciones de amar, de hablar de Dios, de hablar de amor, y otra cosa es lo que realmente hacemos en la práctica de relación con nuestros semejantes.
Decimos que amamos a la familia: ¿Hacemos en realidad lo que tenemos que hacer, renunciamos a algo cuando tenemos que renunciar, nos sacrificamos cuando es necesario el sacrificio, demostramos verdadera confianza en la familia? Éstas y otras preguntas tenemos que hacernos para que nuestra teoría del amor se convierta en la práctica del amor.
Los que se entregan a la comunidad: ¿Lo hacen por amor o por sentirse importantes? Para vivir bien debemos aprender a amar y amar es dar sin esperar recibir, aunque la experiencia enseña que siempre se recibe. Otros creemos que amar es trabajar duramente para lograr el sustento de la familia y al mismo tiempo contribuir para la comunidad. Esto es bueno. Pero es contraproducente si al mismo tiempo nuestras relaciones familiares son pésimas, nuestro trabajo es una angustia continua y no hay armonía en nuestras relaciones comunitarias debido a nuestro agrio carácter o volátil temperamento.
Vivir bien es vivir en buena armonía, con bondad, con paciencia, con buenas intenciones hacia los demás, pero siempre firmes en nuestras convicciones y valores. Vivir mal es vivir con angustia, con molestia, con ira, con prisa, con tensiones inadecuadas, con gritos, con furia, con mala fe hacia los demás.
El amor a mismo y el amor al prójimo son los caminos que conducen al bienvivir.

No hay comentarios: