domingo, 3 de mayo de 2009

- 42 - APRENDERÉ A DOMINARME

Siendo la vida, la finalidad de la vidaterapia la limpieza e higiene de la vida, llevando los cambios necesarios para vivir bien, es indispensable que para sumergirnos en ese trabajo cultivemos el dominio de nosotros mismos.
El autodominio es una virtud rara y difícil, al parecer destinado a pocas personas, sin embargo todos tenemos la capacidad para lograrlo, si de verdad nos convencemos de su necesidad, de las ventajas que tiene para nuestro bienestar. Es nuestro propio juicio el que tiene que llegar a la decisión de trabajar para conseguir, poco a poco y con mucha paciencia esta virtud.
Si dejamos nuestra vida en manos de los instintos, del inconsciente, de ciertas emociones y sentimientos, de las pasiones de nuestro ánimo, de los vicios y de los defectos importantes, de nuestra apatía, de nuestra irresponsabilidad, de nuestra indolencia, de nuestra sugestionabilidad, de nuestras depresiones, de nuestras tribulaciones, ¿qué podemos esperar de bueno, de positivo, de concreto, de factible en nuestra vida? ¿qué realización o qué misión podemos confiable? ¿qué resultados realmente esperamos obtener?
Si pensamos un poco, todos creemos, al principio, que sí dominamos ese factores perturbaciones, del ánimo.Sí. En parte los dominamos. ¿Pero lo suficiente? ¿De vez en cuando? ¿Una o dos veces? ¿Cuando de verdad no quedaba otro remedio?
Si reflexionamos más objetivamente y con un poco más de visión realista, es posible que buena parte de nosotros tengamos que empezar seriamente el trabajo del autodominio. Hay que hacer un esfuerzo deliberado de nuestra voluntad. Las personas que vemos y admiramos por su autodominio y gran personalidad, por lo general, han conseguido, esas características únicamente a través del propósito, el esfuerzo y de la voluntad. De ir trabajando día a día, a veces penosamente y sin esperanza de cambiar tal o cual efecto, tal o cual vicio, tal o cual impaciencia.
Primero debemos estar convencidos de la importancia y necesidad vital del autodominio. Luego, empezar a recorrer el camino con plena fe de que los resultados que se obtienen bien valen la pena un poco de esfuerzo, voluntad y constancia.
Tengámoslo siempre presente, al leer este diario: sin esfuerzo y sin voluntad nuestra vida se perderá en la nada y en el sin sentido.

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